Por Omar Fulco
Introducción
Ciudadela tiene la particularidad que varios de nuestros más importantes escritores la han mencionado en sus diferentes obras y son coincidentes en la temática: malevaje, marginalidad, rufianismo, prostitución, así como también se hace alusión a que es una localidad habitada por gente humilde y trabajadora.
Es el caso de obras de Roberto Arlt, Jorge Luis Borges, Bernardo Verbistky, Bernardo Kordon, Leopoldo Marechal o Tomás Abraham, entre otros. Abarcando un período que va aproximadamente desde mediados de la década del 1920 hasta entrada la década del 1960.
El objetivo será confrontarlo con lo que ofrecen diversas fuentes testimoniales para establecer qué hay de cierto en esas apreciaciones; si responden o no a la realidad de dicha localidad.
Para tal menester contamos con trabajos referidos a la obra pastoral del Padre Agustín Elizalde, primer párroco de Ciudadela. Aspectos de la vida de Jorge Luis Borges. Algunos documentos oficiales del municipio de Gral. San Martín-que datan de la década de 1930-bajo cuya jurisdicción estaba la localidad, que hoy integra el Partido de Tres de Febrero y que dan cuenta de la existencia de las llamadas “casas de tolerancia”.
Con respecto a la actividad industrial en Ciudadela, contamos con datos sobre la vida y obra de Leopoldo Marechal, así como el filósofo Tomás Abraham, además de cifras oficiales sobre dicha actividad.
Ciudadela
Ciudadela es una de las 15 localidades que integran el Municipio de Tres de Febrero.
Las tierras que conforman la hoy ciudad, integraron el Partido de San José de Flores. En 1880, tras la federalización de Buenos Aires, pasaron a formar parte del partido de General San Martín.
Conocida como Villa Liniers, fue zona de chacras y quintas. Dos acontecimientos dieron impulso al crecimiento de la localidad. En 1902, la culminación de las obras de los llamados Cuarteles de Liniers (luego Cuarteles de Ciudadela, donde actualmente funciona el Museo Histórico del Ejército Argentino), y el 1º de diciembre de 1910, la inauguración de la Estación Ciudadela del Ferrocarril del Oeste.
José Alfonso, en su Monografía de Ciudadela, describe así a la Ciudadela de 1920:
Junto al viejo andén de gruesos tablones, pasan trenes a vapor entre nubes de humo y resoplar de máquinas poderosas.
Sobre la próxima calle Segunda Rivadavia, embarrada, intransitable, se apretuja un grupo de casas, viéndose un poco más lejos otras, desperdigadas a la distancia. Al confín, cerrando el horizonte, la masa sombría del frondoso Parque de Achával sobre la que se destacan las líneas severas del Cuartel.
Al Sur se distingue apenas media docena de viviendas, siendo la nota más saliente la que ofrece la chimenea y el viejo caserón de ” La Colombiana ” próximos a desaparecer. Sobre la ancha avenida Rivadavia, adoquinado, el campo libre y la tierra labrada de las quintas, desde alguna de las cuales llega el ruido monótono de alguna vieja noria en movimiento.
Acá y allá, terrenos baldíos y casitas en construcción, habitadas muchas de ellas antes de terminadas, donde ponen su nota pintoresca los juegos de los niños y los vistosos trapos pendientes de las sogas bajo el brillante sol de la mañana.
Plano de Ciudadela del año 1924. (Publicado por José Alfonso en Monografía de Ciudadela. Lindando la calle Reconquista (en la parte superior), se observan áreas sin lotear, pertenecientes a antiguas quintas. en la parte inferior, la denominada Avenida Gral. paz corresponde a la actual Díaz vélez, y no la que sería la denominada Avenida de circunvalación (actual general paz)
Entre el cielo y el infierno
No obstante, a poco de ser creada, la localidad tenía cierta fama, por lo menos si nos atenemos a un pasaje de la novela Los siete locos, de Roberto Arlt, publicada en 1929 y donde uno de los personajes dice: “podemos instalar un prostíbulo en San Martín o en Ciudadela”
Dos años después, en 1931 llegaba el Padre Agustín Elizalde (1901-1956), primer párroco de Ciudadela (foto), quien realizaría una gran obra pastoral plasmada con la creación de diversas instituciones.
Al respecto, Hugo Adamoli, en Padre Elizalde amigo de Dios y de los hombres, dice que Ciudadela, por entonces era “una villa de mala fama de los suburbios de Buenos Aires, refugio de malvivientes y prostitutas, pero también humilde barriada de honestos y sacrificados trabajadores.” (Cap. 2. Pág. 20)
Los testimonios que reseñan la obra del Padre Elizalde están entre los más esclarecedores, ya que las referencias a la Ciudadela que encontró el Padre Elizalde en la década del ´30 se corresponde más o menos con la época de nuestros textos literarios.
Así, se lee en una reseña sobre el Hogar San José (asilo de ancianos fundado por el Padre Elizalde en colaboración con la orden religiosa de las llamadas Hermanas Azules)
A veces la vejez se convierte en frustración, en desamparo.
Este fue uno de los problemas que debió enfrentar el Padre Agustín Elizalde allá por los años 30…La explotación del hombre por el hombre era moneda corriente en la villa a la que había sido designado; y había que sumar a ese mal la marginalidad, el desempleo, la falta de horizontes para la juventud y principalmente o como consecuencia de ese estado de degradación: la prostitución y el juego clandestino. (pág. 3)
En 1936, en ocasión de inaugurarse la segunda sede del Hogar, ubicada detrás de los cuarteles, en la entonces calle Liniers (hoy Hipólito Yrigoyen), esquina Rodríguez Peña.[1]
Se lee en la reseña:
La casa en cuestión era amplia, parecía haber sido la residencia veraniega de fines de siglo, donde la sociedad porteña gustaba tener esas comodidades que alternaban con sus largas estancias, principalmente en París. Se había generalizado el rumor que sería alquilada por un grupo de “señores” quienes instalarían una “boite”. El Padre, con ácido comentario, expresó que lucharía con todas las armas a su alcance para impedir que tamaña intención pudiera concretarse, porque desde su llegada, abierta y decididamente también había incursionado en la batalla contra la prostitución libre o dirigida, y sabía a ciencia cierta, que ese lugar terminaría en erigirse en una casa de tolerancia, prostíbulo encubierto. (pág. 7)
Jorge Luis Borges y Ciudadela
Dicen los versos finales de El Compadre, poema de Manuel Pinedo (seudónimo de Jorge Luis Borges, 1943) :
Murió la numerada muerte pública
Del hospital; murió en los pendencieros
Burdeles de Junín; murió en la cárcel;
Murió al margen del turbio Maldonado;
Murió en los carnavales de Barracas;
Murió en los carnavales, con careta).
Cesan los versos. La epopeya sigue
en Gerli, en el Rosario, en Ciudadela.
Los prontuarios registran el retrato
de un enlutado de mirada aviesa.
La sangre silenciosa del indígena
perdura en él. Prefiere la ironía
al insulto, el rencor a la esperanza.
Las noches de la dársena y del hueco,
las albas que desolan y denigran,
lo verán acechar, sexo y cuchillo.
A lo anterior, podemos sumar el testimonio de Ulyses Petit de Murat, en Georgie, el Borges desconocido, donde recuerda sobre sus charlas con el autor de El Aleph:
Hablamos de nuestros tiempos…por las copas y de cómo ambos las dejamos sin necesidad de prescripción médica, simplemente por tedio. Se acordó de una épica excursión en coche abierto de plaza, durante la que pasamos debajo del puente de ferrocarril de la avenida de los Incas y de otra, con el desdichado Pierre Drieu la Rochelle (se suicidó muy joven) en la que visitamos un pavoroso boliche de Ciudadela, con más de cien mujeres que hubiera deseado pintar Toulouse-Lautrec……. [2]
Con respecto a las incursiones de Borges por Ciudadela, escribió José Escribano en 1996, en el diario La Nación.
Borges salía de la galería Witcomb que había sido de Rosendo Martínez al 900 de Florida. Bugatti (Enrique) quien pasaba justamente por allí se presentó y con la intención de acompañarlo le preguntó hacia dónde iba. “A mi casa” dijo Borges y se tomó del brazo de Bugatti.
La conversación se animó rápidamente. Borges preguntó dónde vivía su inesperado acompañante. Al escuchar que en Haedo pormenorizó en sus conocimientos sobre los antiguos prostíbulos de Ciudadela[3].
El aporte de Bernardo Kordon
En 1956, Bernardo Kordon publica su novela Alias Gardelito en donde hay una mención a Ciudadela y además, relaciona de alguna manera el negocio de la prostitución con algunos personajes del partido Conservador e incluso llega a mencionar a Morón, con lo cual puede deducirse que la actividad se mantenía por lo menos en la década del 30,
Pero por Mejía conocí al Rata y entonces no comprendí ni medio. Era un petiso tipo jockey que apenas si pasaba un metro del suelo. Lo encontré ridículo, con un clavel en el ojal y otro en la mano para olerlo a cada momento. Sonreía ‘torcido para lucir los colmillos de oro. Este tipejo tenía dos “tambos” clandestinos en Ciudadela. Estaba acomodado con los conservadores y cualquier lío con la policía lo arreglaba personalmente en Morón. Era cafisho y usurero, protegía a Mejía, y Mejía -me ayudaba a mí. De pronto el gobierno cerró los quilombos y entonces cambiaron de negocio. ” [4]
Expedientes elocuentes
Contamos con dos expedientes iniciados en el Partido de Gral. San Martín en 1930. Lo registrado en sus carátulas, ya constituyen un valioso testimonio de lo que venimos señalando.
Uno de ellos, con fecha 2 de abril de 1930, lo inicia la Sra. Mindla Berkovicz, “solicitando permiso para instalar una casa de tolerancia en Villa Reconquista (Liniers)”[5]
El otro,data del 14 de julio de 1930, habiendo sido iniciado por las Propietarias de Prostìbulo de Ciudadela, leyendose en la causa que motivó el trámite, “Soliciantdo reconsideración de la Ordenanza relacionada con el cierre de casas de prostitución”.[6]
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“Casitas y almas de techos bajos”
Más adelante, en 1960, Ciudadela es mencionada con otras características, de acuerdo con lo que se desprende de la experiencia del escritor Leopoldo Marechal
El autor de Adán Buenos Ayres, entre otras obras, conoció la zona por asistir junto a su esposa a un templo evangélico[7], hace decir a uno de los personajes de su novela El banquete de Severo Arcángelo
¿Después, el Salmodiante (el hermano Pedro) le dice que fue a Ciudadela y le pregunta “has estado en Ciudadela?
—Más allá de Liniers— le respondí nebulosamente.
—Un arrabal si color ni sonido—aprobó el Salmodiante—: casitas y almas de techo bajo. Así es la Ciudadela visible. Pero a ciertas horas, en un reducto no más grande que una nuez vacía, estallan voces e himnos que perforan el techo bajo del hombre y el techo bajo de su alma, y que abren allá escondidos tragaluces. ¿Quiénes hablan así en la nuez vacía de Ciudadela? Los que hallaron el Nombre perdido y a él se agarran como un barril flotante. ¿De dónde vienen ellos? De Avellaneda y sus fundiciones quemantes, del Riachuelo y sus orillas grasosas, de los talleres en escarcha o en fuego, del hambre y el sudor. ¡Qué los anima? La promesa de una Ciudad Cuadrada, el pan y el vino de la exaltación en los blancos manteles del Reino. (Capítulo XXIX, pág. 258)
El frente del Templo evangélico donde concurrió Leopoldo Marechal tal como se ve en la actualidad. En junio de 2011, el municipio colocó una placa alusiva.
Un monumento fabril
Como último ejemplo, podemos citar al filósofo Tomás Abraham (nacido en 1946) quien en su novela “La Dificultad” (2015) rememora su infancia y sus visitas a la fábrica de sus padres, la famosa fábrica Ciudadela creadora de las medias Tom e hilos Tomasito. Su padre se inspiró en el pequeño Tomás para ponerle el nombre a las medias. Como se refiere a la infancia del autor, podemos entender que esta descripción corresponde a la década del ´50:
Pero la fábrica estaba lejos, en Ciudadela, nombre de un barrio suburbano, pobre, descampado en el que había visto ranchos en las visitas protocolares de mi infancia para rendir culto anual al monumento fabril (…) quedaba lejos de la periferia, más allá de la General Paz, quedaba lejos en el tiempo. [8]
Conclusiones
- La literatura en este caso sirvió de punto de partida para tomar nota de una situación del pasado de Ciudadela, cuya fama trascendió sus límites.
- Ciudadela es mucho más que ese aspecto destacado por la literatura, pero de alguna manera quedó enmarcado en una realidad que ocurrió en una época determinada, la cual podemos inferir que la época de auge de los burdeles la podemos situar en la década del 20 y del ´30. En el ´37 puede haber cambiado ya que produce el cierre de los prostíbulos en la Provincia de Buenos Aires.
- Luego se da paso a otra Ciudadela que es la descrita por Marechal y Abraham con fábricas y manteniendo el perfil de barrio humilde. Tomás Abraham nos describe esa Ciudadela industrial que de hecho ya en la en la década del 30 contaba varias industrias siendo unas de las localidades con más industrias.
- Más allá de eso y la temática abordada queda el saldo de ver que la investigación histórica puede nutrirse también de la literatura, de la ficción o de testimonios; todos contendrán de alguna manera un poco de “Historia”, un fragmento de la realidad que la historia debe saber interpretar sobre todo cuando las fuentes documentales pueden ser escasas, de difícil acceso.
- Quedan planteados desafíos para la historia zonal. Nuevas líneas de investigación y profundizar otras. Que en este caso y dado el tiempo transcurrido aún se puede contar con el testimonio de vecinos contemporáneos o cercanos a esas épocas.
- Además, este trabajo trató sobre la localidad de Ciudadela, pero la metodología puede ser aplicada en cualquier localidad en donde la literatura haya reflejado alguna característica propia del lugar a considerar.
Bibliografía y Fuentes
-Honorable Concejo Deliberante de Gral. San Martín. Expedientes año 1930 (gentileza de Horacio Callegari)
-Alfonso, José (1944) Monografía de Ciudadela, Ciudadela, A.Cursach y G. Farrace
-Callegari, Horacio (1993), Historia del Partido de Tres de Febrero y sus localidades. Fund. Bco. Cooperativo de Caseros, 1993. En 2018, se publicó una nueva edición actualizada y a cargo de Ediciones 3F.
-Escribano, José Claudio (14/6/96) Borges Tan eterno como el agua y el aire en diario La Nación, Bs.As.
-Hogar San José (2001).Hogar San José…un techo…y algo más. Cuadernillo aniversario, S/D
– Hugo Adamoli-Juan Carlos Pisano (2013), Padre Elizalde, amigo de Dios y de los hombres, Cañuelas, Oblatos Diocesanos.
-Petit de Murat, Ulyses (18-9-80), Georgie, el Borges desconocido, en el periódico El Excelsior, México DF.
Valdez Tritti, José Vicente (2010). Historia del legendario pago de Santos Lugares y del Partido de Gral. San Martín, Buenos Aires, Carrillón Ediciones, 2010
-Roldán, Alberto (2011). Te busca y te nombra. Dios en la narrativa argentina. Mar del Plata, Edit. Pronombre.
Fuentes Literarias
Arlt, Roberto Los 7 locos, 1ª edición. 1929. (Novela)
Pinedo, Manuel (seudónimo de Jorge Luis Borges), El compadre, 1943 (poema)
Kordon, Bernardo Alias Gardelito, 1ª edición 1956. Novela
Verbitsky, Bernardo Villa miseria también es América 1957. Novela
Marechal, Leopoldo El banquete de Severo Arcángelo 1965.Novela
Abraham, Tomás, La dificultad, Random House, 2015. Novela