Antes de hablar de las casillas de los guardabarreras, no podemos dejar de hablar de los pasos a nivel que todo ferrocarril debió tener para cruzar las calles y caminos. Al principio el cruce de las arterias por donde la vía pasaba no era problemática, pocos trenes y a baja velocidad no causaban inconvenientes al reducido tránsito de peatones, equinos o carruajes. La locomotora con hacer sonar su silbato alertaba a los transeúntes que cruzaban el tendido ferroviario.
El aumento y velocidad de los servicios, agregado al auge automotor, obligó a las empresas a construir barreras con las dependencias necesarias para su personal. Con la barrera automática, los puentes y los túneles depararon de tener utilidad esas instalaciones y sus trabajadores.
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