IGLESIA NUESTRA SEÑORA DE LA CANDELARIA
EN EL BARRIO DE LA FLORESTA
Celia Codeseira del Castillo[1]
En este trabajo nos ocupamos de la Iglesia Nuestra Señora de la Candelaria que se encuentra frente a la Plaza Vélez Sarsfield, en la actual Ciudad Autónoma de Buenos Aires.[2] Esta zona tomó empuje a partir de 1857 cuando el Ferrocarril del Oeste, que partía de la estación El Parque (donde hoy está el teatro Colón) estableció como punto final de su recorrido a la Estación Floresta. A partir de 1888 la estación pasó a denominarse Vélez Sarsfield. En 1895 el área estaba urbanizada, numerosas quintas de veraneo y lugares muy arbolados presentaban un aspecto rural, como si no integraran parte de Buenos Aires.
Conocemos por tradición oral que fue en la década del 80 cuando en el solar que hoy ocupa la iglesia se había levantado una capilla pequeña, que luego fue demolida con la intención de construir un Convento para las Carmelitas. Finalmente para satisfacer las necesidades espirituales de los vecinos ese proyecto fue abandonado y se decidió hacer en su lugar una capilla más amplia.
El día de la Virgen de la Candelaria de 1881 se ofició la primera misa con la presencia del segundo Arzobispo de Buenos Aires, Monseñor León Federico Aneiros. No obstante, ningún sacerdote fue designado para hacer celebraciones en forma regular a pesar de que en ese entonces pertenecía a la jurisdicción parroquial de San José de Flores. Pasaron los años hasta que la capilla conocida como Parroquia de la Purificación, construida por suscripción popular, en los primeros años del siglo XX tomó la denominación actual.
Fue en 1906 cuando en un terreno lindero se colocó la piedra fundamental del actual edificio, proyectado por el arquitecto José J. Barboni, cuya construcción tardó aproximadamente medio siglo, inaugurándola oficialmente el presbítero Basilio Francalancia en el año 1956. A partir de ese momento la antigua capilla sirvió de sacristía y los domingos, después de misa, se proyectaba cine para los niños que preparaban la primera comunión.
El primer párroco que tuvo la Iglesia fue el Padre Vicente Bianchi. Luego lo siguieron los padres Aniceto Franco y Alonso, Monseñor Pablo Francisco Laucello, quien permaneció durante cuarenta años atendiendo a la feligresía; más tarde, el padre Bustamante y en la actualidad el padre Julio Mendiguren.
La Iglesia toma su nombre de la santa patrona Nuestra Señora de la Candelaria,
que alude a la fiesta de la Luz o de la Candelas, que tuvo su origen en oriente y que durante el siglo VI pasó a occidente. Se celebra en recuerdo del pasaje bíblico “Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén”[3] que expresa:
“Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor”.
También para conmemorar la “Purificación de la Virgen María, después del parto”[4] las Sagradas Escrituras manifiestan:
“Mas ella permanecerá treinta y tres días purificándose de su sangre; ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al santuario, hasta cuando sean cumplidos los días de su purificación”.
Sintetizando, Cristo que es la Luz del mundo, fue presentado en el templo por su madre y vino a iluminar a todos como las velas o candelas. El culto tiene su origen c. de 1400, en Tenerife, Islas Canarias. De allí pasó a América.
CONOCIENDO LA IGLESIA
Se trata de un templo de tres naves que mide 52 metros de largo por 18 de ancho. El autor del proyecto eligió el estilo Neogótico para el diseño del templo, que se enrola en una corriente romántica inspirada en el gótico medieval. Ese movimiento surgió como un rechazo al racionalismo neoclásico. Se desarrolló en Inglaterra a mediados del siglo XVIII y en el siglo XIX irrumpió en la Europa continental. En nuestro país fue adoptado a fines del siglo XIX y los primeros años del XX. El Neogótico se caracteriza por el uso del arco ojival y la bóveda de crucería.
Para la Candelaria se emplearon las nuevas técnicas de la construcción, mediante el hormigón armado, la mampostería y la ornamentación imitación piedra que difieren del sistema original del gótico, que estuvo basado en la construcción en piedra, siendo ese el principal medio estructural.
Observando el interior de la Iglesia se aprecia que la construcción de la bóveda se inserta en la pared de la nave central. El crucero[5] está formado por la intersección de la nave mayor y del transepto[6]. Los arcos que separan las naves son ojivales y sobre ellos se aprecian las ventanas también ojivales, con vidrios sin dibujos.
Entre cada arco vemos las estaciones del vía crucis. Son de mosaico, que reemplazan las antiguas talladas en madera, de forma lobulada, que estaban colocadas entre los altares.
El gótico medieval fue simbólico, su mensaje subyacente es la inspiración y la devoción espiritual. Las líneas ascendentes de los edificios fueron el símbolo del pensamiento cristiano, del deseo de elevación hacia el cielo. Los vitrales aportan un mensaje iconográfico. Invitan al encuentro del alma con Dios, a la contemplación, la introspección y la creación. Su luz coloreada significa el reflejo de la luz celestial. Servían también para ilustrar de manera sintética y alegórica temas de las sagradas escrituras y relatos de la vida de los santos. En la Iglesia de la Candelaria merecen una mención especial por su belleza los dedicados a San José, La Anunciación y La Asunción de la Virgen.
La fachada del edificio se caracteriza por su organización matemática. El arquitecto Barboni distribuyó llenos y vacíos y la torre que queda unida a la fachada. Destacamos que en el proyecto original de la fachada en lugar del mosaico de la Virgen de la Candelaria figura una ventana. Esta obra se encuentra firmada por Aragón-Morresi, fechada en 1956, y tiene la inscripción Clasiris. También hubo un cambio en las puertas que en vez de tener portadas decoradas en piedra presentan mosaicos. La portada de la puerta de la izquierda representa el escudo del Papa Giovanni Pacelli, Pío XII, que reinaba durante la inauguración de la Iglesia. Comprende las siguientes figuras: la tiara papal, dos llaves, una dorada que alude al poder celestial y una plateada al poder terrenal. La portada de la puerta de la derecha el escudo nacional argentino. En la portada que corresponde a la puerta central las letras griegas alfa y omega significan “Yo soy el principio y el fin de todas las cosas”. Y el crismón con la letra P (padre) y X (hijo). Posiblemente, los cambios a los que hacemos referencia, se dieron porque en las obras de construcción intervinieron distintos profesionales como Domingo Zorzi, el Arq. Leopoldo Rígoli, Severo Ghiringelli y Andrés Escarra.[7]
Se trata de una iglesia que presenta una sola torre, de base cuadrangular, que contiene las cuatro campanas, tres de las cuales pueden accionarse desde la planta baja. Remata con pináculos en forma de pirámides apuntadas que terminan en un contrafuerte.
Entrando por la puerta central nos encontramos con una puerta cancel de dos hojas con hermosos vitrales que representan a los padres de la Iglesia: San Pedro y San Pablo. El primero aparece como un varón anciano, de cabello y barba canos. Lleva en sus manos dos llaves, ya que Jesús le promete “las llaves del Reino de los Cielos”. [8] El segundo, también anciano, de pelo y barba canos, sostiene en su mano una espada, símbolo de su martirio. Sobre las puertas, otro vitral semi-oval con el monograma de Cristo “JXS”[9]. A ambos lados de la puerta central se observan dos puertas cancel laterales, también de dos hojas, en madera y vitrales que representan la corona de espinas de Cristo. Ya en el interior, dos piletas bautismales en forma de copa ancha, de mármol de Carrara, contienen el agua bendita para persignarse al entrar y salir del templo.
Comenzamos el recorrido por la izquierda donde observamos una lápida de mármol blanco indicando que allí descansan los restos de Monseñor Pablo Laucello que fuera párroco de la iglesia. Sobre ésta se encuentra una hornacina con la Virgen de Luján. A continuación un gran crucifijo de madera tallada con reclinatorio.
El primer altar corresponde a Santa Lucía, fue declarado “altar privilegiado” [10] en 1924, como lo certifica una placa. A ambos lados, sobre la pared, tres vitrinas reúnen los exvotos ofrendados a la virgen nacida en Siracusa, que fue martirizada en tiempos de Diocleciano (304 d. C). Se la representa con un platillo llevando sus propios ojos. La hoja de palmera en su mano significa el martirio. Escoltan a la virgen los Patronos Secundarios de la Iglesia, San Cosme y San Damián que en el momento de realizar este trabajo se encuentran en el segundo altar por las reparaciones que se le están haciendo al primero.
El segundo altar corresponde al presbítero de Nápoles, San Cayetano, con el Niño Jesús en brazos. Escoltado por San Roque, vestido de peregrino, tira con su mano izquierda el bubón de su pierna izquierda para que se vea que está infectada. Lo acompaña un perro con un pan en la boca. San Blas, medico, lleva como atributos la mitra y el báculo. Vivió en una caverna hasta donde llegaban animales enfermos a los que curaba. Los hermanos gemelos Cosme y Damián son los santos médicos. Aparecen como hombres jóvenes, muy parecidos, vestidos con túnica corta. Llevan la palma del martirio, cajas para guardar remedios, mortero, espátula y punzones de hueso para las sangrías. En la Candelaria se los recuerda anualmente.
El tercer altar corresponde a Santa Teresita de Lisieux. Escoltada por San Antonio de Padua, representado por un joven sin barba, que viste hábito franciscano y sostiene al Niño Jesús en sus brazos. Sus atributos son el libro por su predicación y magisterio, y el lirio por su pureza. Otras imágenes corresponden a la Virgen del Rosario y a Santa Marta de Betania que tiene como atributos el acetre[11] con agua bendita e hisopo, la lanza que termina en cruz, la antorcha (luz de fe) y el libro que representa los Evangelios.
A continuación en una hornacina se encuentra el Sagrado Corazón de Jesús, de madera tallada y lustrada, obra del escultor argentino Diego Curutchet. Enfrente una imagen de San José y otra de la Virgen.
Así llegamos al presbiterio que es la parte que rodea al altar mayor y que estaba separado de él por una barandilla o comulgatorio que fue retirado cuando se hicieron algunas modificaciones. Sobre el ábside, la imagen de la virgen de la Candelaria y un Crucifijo con cantoneras plateadas decoradas e INRI.[12] A ambos lados, sobre una boisserie de color marrón oscuro vemos dos bajorrelieves de mármol blanco. En este ámbito se destaca el altar, representado como una mesa de mármol, es uno de los elementos más importantes de la liturgia cristiana, es el símbolo de Cristo como piedra angular. Está separado de la pared para poder ver a la feligresía, es único y sólo dedicado a Dios, no tiene imágenes ni reliquias en su superficie. Por las razones antedichas se constituye en el centro de atención de toda la Asamblea. También allí se ubica el Ambón, atril elevado desde donde se proclama la Palabra de Dios, la Sede que es el puesto del sacerdote; la credencia que es la mesita donde se colocan los elementos para la celebración.
A la derecha del presbiterio vemos una capilla con un altar de mármol blanco con bajorrelieves, que contiene el sagrario o pequeña caja o armario donde se guarda el Santísimo Sacramento (pan eucarístico). Tiene una puertita de bronce bruñido. Sobre el altar, un vitral moderno iluminado representa “el cordero de Dios que quita los pecados del mundo”. A la derecha, la lámpara votiva, de cuerpo de sección circular, pende de tres cadenas y está encendida indicando que el Santísimo Sacramento está presente. Saliendo de la capilla se puede apreciar una hornacina con la imagen de la Virgen de los Dolores toda vestida de negro. Sintetiza todo el dolor de María por la Pasión de Cristo.
El primer altar de la derecha corresponde a Nuestra Señora del Carmen, también llamada nuestra Señora del Monte Carmelo. Es una de las advocaciones de la Virgen María. Durante una celebración de Pentecostés, algunos fieles que investigaban la vida de los profetas Elías y Eliseo en el Monte Carmelo (actual Israel) se convirtieron al catolicismo después de la aparición de una Virgen María. Fundaron un templo en honor de la Virgen y la Congregación de los Hermanos de Santa María del Monte Carmelo. La imagen de la virgen esta coronada como reina de los ángeles, lleva en su pecho la insignia carmelita y sostiene al Niño Jesús. En el mismo altar se encuentran San Expedito y Santa Marina. El santo viste ropa de legionario romano, con túnica corta y el manto tirado hacia atrás de los hombros, pisando un cuervo con su pie izquierdo. En su mano sostiene la palma, símbolo del martirio sufrido, y en la otra una pequeña cruz. La santa, sufrió martirio y en el lugar donde fue decapitada surgieron tres manantiales de agua.
El segundo altar está presidido por la Virgen de Lourdes que viste ropaje blanco con dos lazos azules. La aureola, símbolo de fe, representa la luz que la rodea. Los pies desnudos predican la pobreza evangélica y en uno de ellos se observa una rosa luminosa. Acompañan a la santa las imágenes de San Judas Tadeo, San Luis Gonzaga y Santa Rita vestida con el hábito negro de los Agustinos. El atributo principal es una espina clavada en la frente, signo del estigma de la Pasión de Cristo sufrido un año antes de su muerte. El apóstol San Judas[13]Tadeo es representado con la maza y el hacha con que fue martirizado. El jesuita San Luis Gonzaga ostenta una caña, símbolo del martirio. Al lado está entronizada la Virgen de la Medalla Milagrosa que es una advocación de la Virgen María. Antes de atravesar la puerta de salida se observa un tapiz del Cristo de los Milagros, originario de Lima, Perú. En lo alto, sobre la puerta cancel que da acceso a la nave principal se encuentra el coro, en forma de balcón, que contiene según información de Carlos Davies “un órgano electro-neumático adquirido a la empresa germana Walcker” que fue inaugurado en 1928.
La fachada, que se ha pintado de gris, ha perdido su bella simetría al abrirse a la derecha una puerta para entrar al cinerario, inaugurado en 2007. También se han colocados faroles que no responden al proyecto original. El padre Bustamante realizó modificaciones en el interior de la Iglesia. Hizo retirar la barandilla o comulgatorio, y el púlpito de mármol de Carrara. Creó al lado del altar principal la Capilla del Espíritu Santo con la parte inferior del antiguo altar mayor. También quedó un solo confesionario que fue simplificado perdiendo las características originales.
A MODO DE CONCLUSIÓN
La Iglesia Nuestra Señora de la Candelaria se yergue como una gran madre que cobija a los vecinos del barrio de La Floresta. Los viene acompañando desde fines del siglo XIX difundiendo el evangelio y la doctrina católica. Ha extendido sus brazos protectores creando un colegio parroquial para que niños y adolescentes reciban una educación esmerada, encuentren un lugar donde se promueve la vocación de servicio ayudando a los más necesitados, como enseñó Jesús a sus discípulos.
La parroquia está ineludiblemente ligada a dos sacerdotes que trabajaron incansablemente por su feligresía. El padre Pablo Francisco Laucello quien se ocupó de llevar adelante la construcción del templo, y el padre Basilio Francalancia que dedicó todos sus esfuerzos a la creación de la escuela. Ambos proyectos constituyen el precioso legado cultural de la Iglesia Católica a la comunidad barrial.
BIBLIOGRAFÍA
-AAVV. Historia del Arte I. Madrid, Universidad Nacional de Educación a Distancia, 1989.
-ARZOBISPADO DE BUENOS AIRES. Guía de Sacerdotes y Parroquias de la Arquidiócesis de Buenos Aires. Buenos Aires, 2000.
-BARBONI, José. “Nuevo Templo de Vélez Sarsfield”. En: Álbum de la Construcción Moderna. s/f.
-BECKER, U. Enciclopedia de los Símbolos. Barcelona, Editorial Robinbook, 1996.
-CORRADI, Hugo. Guía del Oeste Porteño. Serie Cuadernos de Buenos Aires XXX. Buenos Aires, Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, 1969.
-FERGUSON, G. Sign and Symbols in Christian Art. Oxford, Oxford University Press, 1961.
-HALL, J. Diccionario de temas y símbolos artísticos. Madrid, Alianza, 2003.
-JANTZEN, Hans. La arquitectura gótica. Buenos Aires, Nueva Visión, 1970.
-LÓPEZ CAMPUZANO, Julia. “Iconografía de los Santos Sanadores II: San Cosme y San Damián”. En: Universidad Complutense, Anales de Historia del Arte, Nº 6, Madrid, 1966.
-NOGUÉS, Germinal. Buenos Aires, ciudad secreta. Buenos Aires, Ruy Díaz-Sudamericana, 1996.
-SCHENONE, Héctor. Iconografía del Arte Colonial. Los Santos. Buenos Aires, 1992.
-VATTUONE, Emilio Juan. El Barrio de La Floresta; Reminiscencias de su pasado.
Serie Cuadernos de Buenos Aires XLVII. Buenos Aires, Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, 1977.
APENDICE DOCUMENTAL
Obras del Arq. José J. Barboni:
-Bogotá y Chivilcoy (1914). Residencia unifamiliar.
-Entre Ríos 254-272. Edificio de departamentos.
-Avenida Rivadavia 6070. Petit-hotel rodeado de jardines, demolido.
-Las Heras 3874, demolida.
-Honduras 3888. Viviendas: 2 plantas, PB: negocio.
-Medrano 127. Planta baja: negocio; planta alta: vivienda. Constructor: Trotti.
Obras del Arq. José J. Barboni en colaboración con Francisco Terencio Gianotti:
-Necochea 1109-1117. Planta baja: cine y comercio; planta alta: vivienda unifamiliar. Constructor Fava. Estado deplorable.
-M. T. de Alvear 1431 (1912). Petit-hotel.
-Chalet Usandivaras. Salta.
-Bogotá 3763. Vivienda unifamiliar.
-Honduras 3896.
-Sucre 2265 (1918). Petit-hotel, en demolición.
Proyecto del Arq. José Barboni y Robert Shield:
-Pabellón para la administración de un parque. Concurso Estímulo de Arquitectura. Trabajo premiado, 1907.
[1] Instituto de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Sociales, asociado al CONICET. Pontificia Universidad Católica Argentina, sede Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
[2] La iglesia se levanta en la calle Bahía Blanca 363, entre Avellaneda y Bogotá.
[3] Lucas, 2: 22-39.
[4] Levítico, 12: 1-8
[5] En las iglesias cuya planta posee forma de cruz latina o griega, se denomina crucero al espacio definido por la intersección de la nave principal y la transversal o transepto. Este espacio se suele cubrir mediante una cúpula alzada.
[6] La palabra transepto se utiliza comúnmente en la terminología arquitectónica religiosa para designar la nave transversal que en las iglesias cruza a la principal ortogonalmente.
[7] Emilio Juan Vattuone. El Barrio de la Floresta; Reminiscencias de su pasado, p. 43.
[8] Mateo,16: 19
[9] Es la abreviatura del nombre Jesús en letras griegas (IHSOUS)
[10] Altar privilegiado es aquel al que la Sede Apostólica ha provisto, de modo perpetuo o temporal, de especiales indulgencias a favor de aquellos fieles difuntos en cuyo sufragio se celebra misa.
[11] El acetre es una pequeña vasija para transportar agua bendita.
[12] Palabra formada con las iniciales de Iesus Nazarenus Rex Ivdaeorvm, (Jesús de Nazaret Rey de los Judíos) título que escribió Poncio Pilatos sobre la cruz.
[13]Judas es una palabra hebrea que significa “alabanzas sean dadas a Dios”. El término poseía una significación positiva, que posteriormente se tornó negativa debido a que otro apóstol, Judas Iscariote, fue símbolo universal de traición y alevosía